martes, 18 de octubre de 2011

Buenos Aires no es París, París tampoco.

Este texto me quedó rezagado bajo el innoble rótulo de "borradores" en el blog, hace unos meses que está escrito pero noté uno dejo panfletario que quería evitar y lo abandoné; lo publico ahora para no dilatarlo más, no tanto porque haya tenido éxito en corregir las cuestiones de estilo.


 



"¿Y si esto no es así? ¿Y si el hombre no es un ser miserable, o, al menos, no todos los hombres? Entonces habría que admitir que estamos sometidos a los prejuicios, a los temores vanos, y que uno no debe detenerse demasiado a cavilar ¡Obrar: eso es lo que hay que hacer!"

Rodion Raskolnikov, personaje de "Crimen y castigo".




"Pensá de que te sirvió tanto pensar, antes de que se termine"

Vándalos desconocidos.



La semana pasada la escultura de Auguste Rodin "El Pensador" ubicada en la Plaza del Congreso en Buenos Aires, se vio traumáticamente modificada. Ésta obra, fechada en París hace mas de cien años, es una de las tres réplicas hechas del molde original y la única ubicada en el hemisferio sur del planeta, las otras se encuentran una en Filadelfia y la otra en París.

La noticia del hecho fue difundida en todos los portales como una nota "de color" con un matiz amarillesco: por un lado fue sorpresa para la mayoría enterarnos de haber tenido una obra valiosísima ante nuestras narices (así como al mismo tiempo fue un hecho frustrante perder este indicador de status ante los ojos del mundo) y por otro lado se explotó mediáticamente la ya conocida indignación por la constantefaltadeseguridad del tipo "así nos ven en el mundo", "qué país poco serio", y un largo etcétera.

Pero dejemos este escenario un segundo y pensemos, ¿qué es lo pasa hoy en Europa? ¿Por qué en Londres la turba, señalada convenientemente por los medios locales (¿existirá todavía tal cosa en un mundo hiperglobalizado?) como unos sádicos, desprovistos de todo motivo racional o ideología, saquea comercios y se disputa el poder en batallas campales, o mejor dicho, burguesas, contra la policía? ¿Qué pasa en España que socialistas y conservadores acuerdan sin más recortar el gasto público en detrimento de la mayoría y de los menos pudientes? ¿Qué es lo que pasa en toda Europa que expertos técnicos y políticos, de derecha tanto como de izquierda, parecen decididos a seguir sosteniendo teorías económicas obsoletas y a doblegar soberanías para imponer el predominio del "bien mayor"? (Nietzsche, creo yo, suscribiría cínica y fervorosamente a este uso del neolenguaje; vería que tras de este tipo de expresiones se esconden los pocos, los unoporciento, los mejores, los veraces).

En la pintada a la escultura creo ver algo sano, intempestivo como un escupitajo en la cara, sí, pero sano en contraposición a un arte que convalece junto a los individuos que, en otro espacio y en otro tiempo, fueron los encargados de legitimarlo. La forma que se le da a este tipo de noticias intenta negar, intenta ocultar bajo la alfombra (mediante la explotación de la vandalización) una irrupción, un síntoma de un problema más hondo que involucra, en este caso, a la identidad latinoamericana. Si las expresiones de nuestra regionalidad, de nuestra excentricidad son aterradoras cuando atentan contra la cultura madre europea, mucho más lo son en momentos que el objeto de nuestra mirada convalece.
Bien puede ser que la pintada no tenga pretensiones artísticas, no es esa la cuestión; de todas maneras no sería apropiado decir que expresiones como el vejamiento de la escultura de Rodin hecha por unos vándalos ignorantes (en contraposición a un sapiente, lo que nos lleva a la verdad, lo que no nos lleva a ningun lado... palabra poco seria, señor redactordenoticiasserias, no la use más) sean menos valiosas que un trozo de cemento moldeado en la otra punta del mundo.